jueves, 29 de noviembre de 2007

Franco Iacomella Comenta:

Gracias a Franco Iacomella, cito textualmente su comentario:

"Gracias por tu comentario Arturo.

Si bien no termino de entender que vendría a ser esto de “democracia digital”
voy a hacer algunos comentarios sobre el tuyo:


- Si analizamos en detalle el funcionamiento de una Urna Electrónica y el
de un Cajero Electrónico, son muy diferentes. En mi artículo los cite como
simíles ya que la “actitud” que compromete el votar electrónicamente es la misma
que pagar las boletas de servicio a través del cajero. Más allá de ese detalle,
son sistemas muy diferentes. En primera medida por el anonimato que implica el
voto, la función que cumplen (una en la esfera de lo público, la otra en la de
lo privado) y la regularidad de su uso: todos los días miles de personas operan
por transacciones electrónicas mientras que el voto electrónico solo tendría
lugar una vez que cada años. A ese ritmo, perfeccionar el sistema de voto
electrónico nos costaria varios siglos de gobiernos elegidos fraudulentamente.-
El voto electrónico al igual que el cajero electrónico es falible. La cuestión
es que el voto electrónico no es necesario en absoluto, es sencillamente un
necesidad creada mediaticamente que trae más problemas que otra cosa. En
resumidas cuentas, el voto electrónico economiza y facilita el fraude a un nivel
mucho más grande y de una forma mucho más compleja que detectar que los
mecanismos tradicionales.- Por último: tu abogas por una “programación
responsable y sin malas intenciones”. Dejame decirte mi amigo que la malicia ni
la estupidez se erradican del planeta con voto electrónico o tecnología de
cualquier tipo. La realidad es que el código es controlado por una elite y sería
realmente muy ingenuo poner nuestro voto de fé en los personajes que extienden
el oscurantismo sobre la tecnolgía, la informática y el software.


Por último, mi planteo no busca solo atacar la idea que proclama a la
“democracia digital” como un salto de calidad, en algun sentido, con respecto a
la democracia tradicional. La realidad es que ambas resultan nocivas y son una
absoluta falacia. Con o sin transistores de por medio, la democracia burguesa
nos perpetúa en la mentira de vivir en una sociedad de iguales donde todos
podemos elegir. "

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Realmente aprecio este tipo de palabras y lo que pareciera ser una verdad absoluta hoy en día.
Es precisamente el reto que vivimos y el principal factor a vencer, y más que a factor a vencer, es lo que determinará el futuro de cómo se hacen las cosas.


La tecnología es un modo de vida y es un giro de 180° para muchos nos permite adaptarla y hacer posible casi todo (HW y SW), pero el pequeño detalle de la confianza que debe de generar en la sociedad y sobre todo la confianza en los actores políticos es harina de otro costal……


Como citó por ahí alguien alguna vez “Los científicos se dedican a hacer lo imposible posible y los políticos se dedican a hacer lo posible imposible”. Así que zapatero a sus zapatos.

Saludos.

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